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Con el verano, somos muchos los que aprovechamos para revisar la mecánica del coche o la moto o, al menos, mirar los niveles de aceite, el estado de los frenos y demás. Si está pensando cambiar el aceite lubricante, ha de hacerlo con responsabilidad y pensando en el resto de personas de hoy y del futuro, además del medio ambiente. ¿Exagerado? El aceite de motor usado es una mezcla compleja de hidrocarburos y aditivos enormemente tóxico. Siga leyendo y tal vez le sorprenda hasta qué punto es necesario gestionar adecuadamente ese residuo. Los aceites usados son una verdadera pesadilla para todas las administraciones ambientales de nuestro país. Cada año producimos unas 250.000 toneladas de este desecho tóxico -la mayoría de ellos, procedentes de automóviles- pero, a diferencia de otros residuos peligrosos, su generación en millones de pequeños focos los hacen particularmente difíciles de tratar. La práctica desgraciadamente frecuente de deshacerse de un aceite usado en cualquier descampado deja cada año en el suelo miles de manchas, cada una de las cuales contiene un sinfín de toxinas: benceno, tolueno, xileno, naftaleno, plomo, zinc, cadmio, bario, arsénico, cromo, cloro...... Todos ellos son peligrosos en sí mismos y, mucho más, cuando forman compuestos nuevos. Es el caso de los derivados del cloro: los policrobifeniles o PCB´s, los policroterfenilos o PCT´s, las dioxinas o los furanos son mezclas potencialmente cancerígenas, bioacumulativas y tan persistentes que permanecerán en el medio durante décadas. La peligrosidad a dosis pequeñas de muchos de esos compuestos es tal que descontaminar un suelo ensuciado por el lubricante de unos pocos motores costará varias veces el precio, no ya del cambio de aceite sino, probablemente, del coche entero. Un efecto más del envenenamiento de suelos por aceites tóxicos es que éstos alcancen algún curso de agua subterránea o superficial. En el agua, el contaminante oleoso formará una fina capa aceitosa de varios kilómetros que no permitirá la oxigenación y asfixiará a algunas de las especies que habitan en ese medio. Incluso, la microfauna que hace funcionar las estaciones depuradoras de aguas residuales es aniquilada cuando tienen que enfrentarse a una cantidad importante de hidrocarburos, con lo que no sólo quedarán en el agua los muchos contaminantes presentes en un lubricante sucio sino otros muchos fácilmente depurables cuando la estación tiene a sus bacterias trabajando. Sin depuradoras que los detengan, los aceites viajan imparablemente hacia el mar y una vez aquí, las consecuencias serán dramáticas. Un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) titulado "Polución por aceites lubricantes en el Mediterráneo" explica cómo los habitantes de estas aguas (particularmente, mejillones, ostras, almejas, cangrejos, langostas, peces, pájaros pescadores y mamíferos marinos) absorben los hidrocarburos y los retienen en mayor o menor grado. En el organismo de todos estos animales, los hidrocarburos no sólo no se eliminan del todo sino que, a menudo, se vuelven más peligrosos, tanto para su salud como para la de sus depredadores, incluído el ser humano. Es lo que los biólogos llaman "bioacumulación".
Sistema Integrado de Gestión
No ha de extrañar, con todo lo anterior, que la Administración Pública y los sectores afectados (particularmente, los fabricantes y disbribuidores de lubricantes para motor) creasen la empresa SIGAUS (Sistema Integrado de Gestión de Aceites Usados) exclusivamente para tratar estos residuos. SIGAUS trabaja con talleres, industrias y desguaces de toda España recogiendo los lubricantes usados y, siempre que sea posible, reciclándolos dentro de un esquema de economía circular cada vez más exigido dentro de la Unión Europea. Mediante la regeneración de aceite de motor, por cada tres litros de aceite usado se obtienen dos litros de lubricante nuevo, según cifras de SIGAUS. Para obtener la misma cantidad de aceite a partir del primer refinado de petróleo se necesitarían cerca de 140 litros de crudo. Y con un solo litro de aceite valorizado energéticamente se obtiene la electricidad de 11 coladas de lavadora. Cada vez son más los ayuntamientos con "puntos limpios" que incluyen contenedores de aceite industrial usado. Lamentablemente, no todas los pueblos cuentan con esos contenedores, pero si se diese ese caso en el municipio en el que nos encontremos este verano, por ejemplo, pregunte a su ayuntamiento y seguro que han dispuesto alguna solución de almacenamiento seguro y tratamiento. Todo menos verterlo al medio.