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Si eres dueño de un vehículo de dos ruedas y de otro de cuatro, es probable que te hayas planteado alguna vez si puedes usar el mismo lubricante de motor para ambos. O -si eres sólo motero-, tal vez te haya tentado en ocasiones aprovechar una oferta de aceite de coche para lubricar de forma económica el ciclomotor. ¿Se puede hacer esto, es seguro? Pues, en general y salvo que el constructor de la moto diga lo contrario, podemos responder que no. Elegir un aceite de calidad para el motor de tu vehículo, ya sea una moto o un coche, es fundamental para mantener su vida útil ya que ese repuesto afecta directamente a la durabilidad de su principal componente, el motor. Por eso, tomar una decisión al respecto es algo que no debemos hacer a la ligera. Lo primero que debes tener en cuenta es que, efectivamente, una motocicleta y un coche tienen muchas cosas en común, como tener cilindros y pistones o la necesidad de lubricar sus componentes para protegerlos del desgaste y de la fricción. Pero los aceites que se utilizan en cada motor son bien distintos ya que cada uno tiene necesidades de lubricación específicas. Por eso, como norma general, es desaconsejable intercambiar el lubricante de uno a otro vehículo. ¿Pero en qué son diferentes los motores de un coche y de una moto? La diferencia principal radica en que la caja de cambios y el embrague de una motocicleta comparten generalmente lubricante con el motor. Casi todas las motos japonesas y algunas europeas usan un tipo de embrague en baño de aceite. Esto no ocurre dentro de un coche, donde las soluciones antifricción del motor van por separado respecto a los discos del embrague o la caja de cambios. Si colocáramos en una moto un lubricante de coche, nos encontraríamos, entre otros problemas, con que el embrague tendería a deslizar. De hecho, la JASO (Japanese Automotive Standard Organization) divide sus aceites en MA1 -que permite que resbale menos el embrague-, MA2 -permite que resbale algo- y MB -que sería el adecuado para embragues en seco como el de un coche.
Aditivos y otras diferencias
El lubricante de motor de un coche posee una cantidad de aditivos que le permite cumplir una función específica. Hay aditivos antifricción, antiespumantes, antioxidantes o detergentes, entre otros muchos. Puede ocurrir, perfectamente, que algunos de esos aditivos ataquen los metales del embrague de la moto y ocasionar una avería desproporcionada con el poco dinero que nos estaríamos ahorrando con ese aceite inapropiado. Otra de las grandes diferencias entre unos y otros motores son las condiciones de operación que tiene cada uno. Un motor de cuatro cilindros, 1.5 litros y 100 caballos opera en torno a las 4.000 revoluciones por minuto, mientras que un motor de dos cilindros, 1.1 litros y 90 CV puede superar de largo las 13.000 rpm. Con este régimen de revoluciones, el lubricante de motocicletas se lleva al extremo de manera más continua y se deteriora mucho más y más rápidamente que el que se emplea en un coche. De esta manera, es un asunto crítico que el aceite mantenga sus propiedades con una formulación más resistente, sí, pero, también, sustituyéndolo más a menudo. Te recomendamos que cambies el aceite de tu moto con la frecuencia que indica el fabricante (puede valer la referencia de un cambio cada 10.000 kilómetros para una moto de carretera). De "pasarnos" ampliamente en la sustitución, o utilizando un aceite que no ha sido diseñado para las severas condiciones de una moto, nos arriesgaríamos a perder la lubricación y ocasionar el siempre temible gripado del motor. Otro factor diferencial entre aceites de motor para coches y motos está en la cantidad de aceite que contiene el cárter. Muchas motos -particularmente, scooters- tienen cárteres de muy poca capacidad, y eso obliga a cambios más frecuentes (la degradación es mayor si todo el trabajo lo realiza un litro o menos de lubricante) y, además, se exige un aceite con menos evaporación. De lo contrario, el motor se podría quedar “seco” con las fatales consecuencias que ya conocemos.