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La investigación en la industria de lubricantes es constante y en los últimos años se ha centrado en fabricar fórmulas innovadoras, como los lubricantes Low SAPS, para adaptarse a las cada vez más exigentes normativas medioambientales y para asegurar la compatibilidad del aceite con los nuevos sistemas que incorporan los vehículos antes de la entrada en vigor de cada una de las normas Euro.
La última, Euro 6, entró en vigor a inicios de 2014 y obliga a reducir paulatinamente las emisiones de óxidos de nitrógeno de los vehículos. Las mejoras de los motores de combustión no eran suficientes para cumplir con las emisiones máximas y recurrieron a tecnologías de post-tratamiento de gases instaladas en el tubo de escape, que dieron lugar, por ejemplo, a motores equipados con filtros de partículas (FAP).
Estos filtros requerían lubricantes que fueran más suaves, con una composición de aditivos menos agresivos que emitiesen menos partículas y garantizasen una durabilidad de los filtros mayor. Es un claro ejemplo de que los nuevos desarrollos en combustible deben ir de la mano de los fabricantes de coche, ya que los motores se diseñan para un determinado tipo de carburante, que a su vez ha de cumplir una serie de especificaciones, como la ya mencionada Euro 6.
Los aceites de tecnología estándar, al quemarse en la cámara de combustión, dan lugar a residuos que hacen que estos sistemas de tratamiento de los gases del escape funcionen mal. Los fabricantes descubrieron que eran tres los compuestos que acortaban la vida de los filtros de partículas: cenizas sulfatadas (SA), fósforo (P) y azufre (S). Bajo esta premisa se desarrollaron lubricantes Low SAPS, de bajo contenido en cenizas, de ahí su nombre.
En ese sentido, ¿en qué se diferencian, básicamente, los lubricantes anteriores y los nuevos “low SAPS”, desde el punto de vista de su composición y características?Los lubricantes Low SAPS (Sulfated Ash, Phosporus and Sulfur) incorporan aditivos no convencionales y químicamente adaptados a las exigentes demandas de prestaciones de los motores más modernos. Estos aditivos no metálicos disminuyen en un tercio la cantidad de cenizas sulfatadas y son igual de efectivos.
Aptos para motores de vehículos diesel como de gasolina, los aceites Low SAPS pueden ser incluso utilizados en vehículos que no tengan filtro de partículas ya que al quemarse en el motor del coche dejan bajos niveles de cenizas sulfatadas, fósforo y azufre. Este bajo contenido asegura las prestaciones y durabilidad de los motores equipados con filtros de partículas evitando la obstrucción prematura así como la compatibilidad con otros sistemas de post-tratamiento de los gases de escape.
Los lubricantes Low SAPS se reconocen a través de la normativa europea ACEA C (C1, C2, C3 y C4). Igualmente, muchos constructores de vehículos definen y exigen a los lubricantes cumplir sus propias normas, las cuales igualan y superan esta normativa europea Low SAPS, estableciendo especificaciones tales como BMW Longlife-04, MB 229.51 y 229.31 (Mercedes-Benz), VW 504.00 / 507.00 (Volswagen), Renault 0720, PSA B71-2290 (Citroën y Peugeot), Dexos II (GM-Opel), Ford WSS-M2C 913C o 917-A, JASO DL-1 (Mazda), etc.
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